La emblemática sala de Madrid Joy Eslava, que actualmente se encuentra cerrada al igual que toda la oferta del ocio nocturno, debido a la pandemia en la que nos encontramos, seguirá cerrada durante un año entero para acometer obras de mejora con la intención de ampliar sus usos y actividades.

"Después de décadas de intensa actividad la remodelación de Joy Eslava promete marcar el inicio de una nueva etapa en la noche madrileña, convirtiéndose en una de las salas más espectaculares y vanguardistas de Europa incorporando los equipamientos y servicios más innovadores", ha informado la sala en un comunicado.

La sala seguirá haciendo conciertos y usándose como discoteca, y no cambiará su rumbo en la oferta de ocio como precisaban diferentes informaciones en el día de ayer. Eso sí, buscarán ampliar la gama ofertada con la organización de cenas con espectáculo también.

SALA JOY ESLAVA 

Promovido como sala de espectáculos a finales del siglo XIX por el empresario Bonifacio Eslava, sobrino del músico Hilarión Eslava, el edificio original de la calle Arenal se componía de un pequeño salón, que llevaba el nombre de Salón Eslava y tenía una capacidad para un millar de espectadores. Llegó a ser muy popular en su época como una gran plataforma de las diversas facetas del teatro popular.

El local fue adquirido a principios de los años 80 por el empresario Pedro Trapote, que inauguró la discoteca el 24 de febrero de 1981, justo el día siguiente al Golpe de Estado de Tejero. La sala pronto se convertiría en uno de los lugares de ocio de referencia en Madrid. En la propia década de los 80 fue el lugar de encuentro de personajes de la gran Movida madrileña, siendo referencia de en la capital y en el país.

En 1998, se produjo un incendio que destruyó dos de las cuatro plantas del local y obligó a desalojar a las más de 1.000 personas que se encontraban en su interior.