La Consejería de Sanidad ya se encuentra preparando su plan de contingencia de cara al verano, algo que se hace todos los años. La época estival supone un reto para la Sanidad Pública madrileña, puesto que la plantilla se ve reducida ostensiblemente, pasaba antes del coronavirus y seguirá pasando. 

En este verano, debido a la pandemia del coronavirus, se suman un total de 574 plazas de médicos de cabecera y 150 de Pediatría sin cubrir. La solución que se va a tomar es la de plantear una reestructuración por fases en la que el último escalón supone el cierre de 41 de esos centros.

Estos centros que quedarían abiertos tendrían que abarcar un total de 1.293.973 personas procedentes de barrios como Latina, Usera, Carabanchel, Villaverde, Chamberí, Barrio de Salamanca, Chamartín y Ciudad Lineal. La Consejería de Sanidad ha señalado en un escrito que asume la falta de personal y de traer refuerzos sanitarios.